El CAPM es uno de los modelos más utilizados para estimar el costo de oportunidad del aporte accionario. Son conocidas sus importantes limitaciones cuando se aplica en economías emergentes agregándose especificades de los proyectos inmobiliarios. En este artículo, discutiremos sus debilidades y alternativas.
El modelo más conocido para estimar el costo del capital propio (equity) de una empresa es el capital asset pricing model (CAPM). Este modelo, basado en la teoría de portafolios moderna, asume principalmente que todas las inversiones están disponibles, los inversionistas están plenamente diversificados, y por tanto, que el riesgo sistemático (beta) explica por completo la prima de riesgo que exigen los accionistas.
En economías desarrolladas la amplia base de inversionistas y la mayor disponibilidad de activos financieros se acercan a estos supuestos; y más importante, permite contar con información para estimar la rentabilidad de mercado y la prima de riesgo de mercado. En los mercados emergentes nos encontramos lejos de tales condiciones.
En general los inversionistas en América Latina y otras regiones emergentes no están diversificados de forma eficiente. La mayoría de los inversionistas son empresarios locales con portafolios limitados y expuestos a riesgos idiosincráticos que el CAPM no contempla. En consecuencia, calcular el costo del equity con base en una beta de mercado subvalora el retorno exigido por estos accionistas (Damodaran, 2012).
Los mercados de capital en estos contextos también son poco profundos, con escasas empresas comparables para estimar la beta de cualquier sector. Es posible que los rendimientos históricos del mercado local no se reflejen de forma adecuada el riesgo-país, por lo que es necesario incorporar ajustes. Más aun tales indicadores de mercado no existen o son poco fiables. Una práctica común es tomar los parámetros de un país desarrollado y ajustar la estimación con una prima de riesgo-país al CAPM clásico, obtenida a partir de, por ejemplo, los diferenciales de bonos soberanos o CDS (Fernández, García & Fernández, 2025).
No obstante, incluso con ajustes por riesgo-país, el CAPM puede resultar insuficiente. Algunos especialistas proponen usar el modelo del build-up approach, que parte de una tasa libre de riesgo y añade distintas primas por riesgo de negocio, sector, país y liquidez. Este enfoque permite adaptar mejor la estimación del costo del equity a las condiciones reales de financiación de proyectos en entornos emergentes.
Otra opción es utilizar tasas de retorno requeridas y observadas en transacciones comparables, aunque este enfoque depende de la disponibilidad de datos confiables y homogéneos. En todo caso, la clave está en reconocer que el modelo CAPM debe ser ajustado o sustituido en estos contextos si se desea realizar una valoración financiera rigurosa.
En general estos ajustes nos permiten estimar un costo de capital propio confiable. Sin embargo, cuando se trata de proyectos inmobiliarios, no es suficiente. Una estructura de financiamiento variable, esquemas de participación híbridos y una amplia gama de perfiles de riesgo dependientes del tipo de proyecto, plantean retos adicionales que trataremos en una próxima entrega.
Referencias:
Si las empresas quieren estimar su costo del capital propio con el modelo CAPM, deben ajustarlo al contexto en que operan para realizar una valoración financiera rigurosa. En el caso de empresas inmobiliarias los retos se amplían.
Director de Innovación y Tecnologías de la Información de ESAN y profesor principal de ESAN Graduate School of Business. Doctor en Management Sciences, Esade (Universidad Ramon Llull). MBA por Esan Graduate Business School. Magíster en Derecho de la Empresa por la PUCP. Ingeniero mecánico electricista, Universidad Nacional de Ingeniería. Maestría en Estadística Aplicada , UNALM. Maestría en Matemáticas Aplicadas con mención en procesos estocásticos, UNALM. Diploma de posgrado en Gestión de la Producción, PUCP. Programa de especialización en Econometría Aplicada, UNI. MBA, Anderson School – UCLA.
A diferencia de otros sectores, los proyectos inmobiliarios enfrentan una estructura de capital cambiante, riesgos muy condicionados por su diseño financiero y una amplia gama de riesgos específicos. Este artículo analiza el contexto estructural del costo de capital en este tipo de inversiones.
En nuestro artículo anterior señalamos que para aplicar el modelo del Capital Asset Pricing Model (CAPM) es necesario contar con información fiable sobre los parámetros del modelo: tasa libre de riesgo, beta y prima de riesgo del mercado. A continuación, reseñaremos las aproximaciones orientadas a resolver estos temas.
La estimación del costo de capital es un tema central en las finanzas corporativas. Requiere definir la estructura de capital y los costos de oportunidad de los acreedores y los accionistas. El CAPM se ha convertido en la aproximación más utilizada para determinar el costo de oportunidad de los accionistas a pesar de la creciente evidencia que cuestiona su utilidad; y su aplicación no está exenta de discusiones, más aun si se trata de un mercado emergente como es el caso del Perú.